PEREIRA

Escuelas de formación deportiva

Por John Alexander Díaz

Toda organización que se dedique a la formación, preparación, seguimiento y promoción de niños, jóvenes y adultos en la esfera del deporte debe enmarcar su misión, cualquiera que sea su ubicación y destino, en función de la estrategia global y de los objetivos propios del entorno y contexto en el que va prestar su servicio, oferta tecnológica o actividad, así como del objeto social y el impacto que se espera alcanzar producto de sus resultados finales. Es importante en el mundo deportivo de hoy hablar de altos performances, y no sólo en el mundo deportivo, la sociedad contemporánea necesita de esos altos logros, pues ellos se convierten por sí solos en motivadores importantes de la práctica del ejercicio físico por un lado y por el otro en servicio importante que puede ser brindado en el tiempo de ocio o libre de los ciudadanos y que los convierte en referenciadores directos de la cultura física y por ende del mejoramiento de la salud del individuo; son además potentes herramientas para impulsar la auto superación y la auto preparación de todos los actores que intervienen directa e indirectamente en su logro.

Las escuelas de formación son muy esenciales en la vida de toda persona, especialmente de los niños ya que desde allí depende todo su desarrollo motor, que les permiten acrecentar unas habilidades innatas, no solo para formarlos como buenos deportistas sino para ayudarlos a ser disciplinados y mejores personas. 

Si estudiar lo relacionado con la práctica deportiva es una necesidad contemporánea, conocer dónde desemboca el trabajo final desarrollado en la persona  es una convicción clara de la importancia que debe otorgarse a esa persona que día a día hace, con su actuación, que la actividad deportiva llegue a lo más alto del conocimiento y el comportamiento humanos.

En las escuelas deportivas son factor determinante, en primer lugar, las oportunidades políticas, económicas y sociales, las que van a determinar la posibilidad de la creación de cada una de ellas; el tipo y la magnitud de la escuela a desarrollar y el tiempo estimado necesario para lograrlo. Si se toma como punto de partida qué se quiere, cómo se quiere lograr, se debe conocer qué recursos se poseen para su logro, en ese orden de prioridad. El diagnóstico, sobre la base del estado deseado, del análisis de la situación del entorno y la del propio sistema, es la primera vía a transitar para conocer las realidades que van a posibilitar su creación. Es necesario insistir en este tópico sobre la importancia de la voluntad política a la hora de diseñar y dirigir la estrategia deportiva; el deporte debe convertirse en motivo y causa de todos y debe estar en función de ese bienestar común en las grandes o pequeñas ciudades, en los municipios y en cualquier corregimiento donde exista la posibilidad de brindar a cada comunidad un espacio de aprovechamiento deportivo.