EDITORIAL

Las áreas metropolitanas

Durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, en la segunda mitad de los años sesenta del siglo anterior, se creó la figura de las Áreas Metropolitanas, con un propósito esencial: gestionar de manera  conjunta el territorio. De allí se derivaba una identificación de dificultades y oportunidades, con el fin de aprovechar las ventajas y resolver- o al menos minimizar- los problemas  surgidos de la interacción entre poblaciones  asentadas sobre una zona de influencia común.

Medio siglo después uno encuentra grandes disparidades  en la forma  como  ha sido gestionado ese instrumento de administración en el que se vinculan lo público y lo privado.

En algunos casos, como el Área Metropolitana de Bucaramanga,  los gobiernos locales han logrado poner el bien común por encima de los intereses particulares.

En lo que corresponde  a Risaralda, muchas veces los intereses políticos han impedido la unificación de criterios en asuntos tan elementales como el parrillero en las motos o  el horario de cierre de establecimientos nocturnos.

Vistas así las cosas, la buena gestión de esa  figura sigue siendo una deuda sin saldar entre nosotros.

Como una de las funciones de las Áreas Metropolitanas se relaciona con las rutas de transportes, sus efectos- buenos o malos-  se reflejan en las condiciones de movilidad, dependiendo de la pertinencia de las decisiones tomadas.

En ese contexto se  ubican las inquietudes planteadas por la administración municipal de Chinchiná en cuanto a las probabilidades de integrarse al Área Metropolitana Centro Occidente.

Su cercanía con Pereira, las posibilidades de vincularse a las dinámicas sociales del norte del valle y, sobre todo, la oportunidad de gestionar de manera  asertiva la movilidad en carros, motos y bicicletas les brindarían a sus habitantes y  a quienes transitan por su territorio unas maneras mejores de   aprovechar el  dinamismo económico, social y cultural de las poblaciones vecinas .

De momento es solo una idea. Pero en Revista EnBici consideramos importante  mantener  la reflexión sobre una propuesta que,  bien manejada, pude aportar al mejoramiento de las condiciones de vida de nuestra población.