BICIMANIA

Cuando el límite está en tu mente

Mientras pedaleábamos en grupo una mañana de sábado trataba de imaginar quien podría ser la próxima persona que nos acompañaría en nuestra sección “Bicimanía” de la siguiente edición; de pronto un ruido acaparó el ambiente, una moto bajaba rápido y entonces como es costumbre en los ciclistas gritamos ¡moto, moto! esperando que nuestros compañeros  de ruta advirtieran de su presencia; sin embargo cuando miramos hacia atrás para estar seguros de que nos habían oído, vimos como la moto pasaba cerca a nuestro compañero jorge que trepaba mirando hacia el suelo, fue entonces cuando recordamos que Jorge Castro no oye, posee esta condición de nacimiento que para muchos es una limitante, pero para él “ni fu, ni fa”, normal. No hubo que pensar más para saber que su forma de enfrentar la vida pedaleando era un ejemplo para muchos que igual que él viven con esa situación y para muchos otros que buscan excusas constantemente para no exigirse sobre su bici.  

Jorge y su esposa Mary

Jorge es de Fómeque, Cundinamarca y docente de la escuela de la palabra. Luego de una año de nacimiento una fiebre alta le produjo sordera que enfrentó con terapia fonoaudiológica durante 10 años. A sus 12 años monto por primera vez en una bicicleta mientras acompañaba a su tio a hacer vueltas en Manizales. Como lo imaginábamos esa mañana, el principal reto que enfrenta en la bici es no escuchar el tráfico vehicular, tractomulas y ambulancias que vía a la Florida y en Pereira son constantes; sin embargo como todo un aficionado y amante del ciclismo que es, practica 3 veces a la semana y aclara que su condición limita un poco pero también potencializa otros sentidos como el  visual.

Jorge trabaja con personas que viven su misma situación y cuando le consultamos si sabía sobre algún tipo de iniciativas  en el departamento de parte de la administración, donde a través de la práctica del ciclismo se generara inclusión, fue claro en manifestar que parece ser que no hay presupuesto para esto. “Estamos en ese proceso, pues ya se ven vías para ciclistas. Falta la educación a los peatones y los que circulan en los carros a veces pitan sin necesidad y se olvidan o ni siquiera piensan que el que esta al volante de la bicicleta puede ser una persona sorda”.

Frente a los beneficios de montar en bici expresa: “Este ademas de ser un deporte que favorece la salud., nos deleita con los bellos paisajes que encontramos a su paso y es una buena forma de invertir el tiempo libre y alejarnos de la violencia y otras situaciones que afectan a las personas.  Es una practica social enriquecedora”.

Como experiencia personal cuenta como una vez montando, su esposa Mary calló 4 metros por un voladero, estuvo más de 15 minutos gritando como pudo hasta que la encontraron. En otra ocasión con quienes iba rodando se adelantaron, él encontró un cruce y hasta ahí llegó la ruta, trató de comunicarse por celular pero fue muy difícil. Finalmente manifiesta que lo positivo de montar en bici es todo, se siente joven, lleno de vida y le gusta estar e contacto con las personas, además le dice a las personas sordas que cambien los esquemas frente a la discapacidad, “la sordera limita al que piensa que somos discapacitados. Al contrario potenciamos otras habilidades y otras capacidades entre ellas la del ciclismo.