De la bici recreativa a la bici urbana
Presidente
Ejecutivo
Cámara de
Comercio de Santa Rosa de Cabal
Dinamarca y su capital Copenhage aportan la cifra
más contundente en cuanto a la utilización de la bicicleta como vehículo
urbano: Uno de cada dos desplazamientos al colegio o al trabajo se realiza en
bicicleta, esto quiere decir que el 50% de la movilidad en la ciudad es
soportada por este sistema de transporte.
Esto conlleva además a impactantes cifras en la
calidad del aire que se respira en esta ciudad europea y además de uno de los
niveles más bajos del mundo por enfermedad y muerte causados por deficiencias
cardiovasculares.
Por supuesto esto no es fruto de la casualidad o de
la improvisación. Ya desde la década de 1970 Dinamarca viene experimentando
grandes transformaciones en sus procesos de movilidad gracias al estado de
conciencia de los ciudadanos y de los administradores públicos.
Dinamarca y Holanda se precian de tener una
embajada de la bicicleta desde la cual brindan el apoyo necesario de los países
y ciudades en el mundo que deseen incorporar su experiencia a la movilidad de
sus territorios y las personas.
Colombia y nuestras ciudades capitales e
intermedias viven una gran revolución en cuanto a la utilización de la
bicicleta de manera recreativa, las ventas de estos vehículos se han
incrementado de manera exponencial en los últimos cinco años.
Según informaciones publicadas en el periódico
Portafolio en el año 2015, el mercado de las bicicletas vendía para ese momento
unos 1.200 millones de pesos al año, para el 2016 la cifra sobrepasó los 1.500
millones según la tendencia de crecimiento de las ventas, aunque las cifras no
son oficiales pues Fenalco no tiene esta información de manera oficial.
El caso es que la bicicleta se encuentra en un
resurgir después de haber tenido un momento de declive cuando los mensajeros y
los campesinos, quienes eran los que más la utilizaban se cambiaron a las
motocicletas, hoy las actividades deportivas y recreativas la han dado una
nueva dinámica, además no podemos olvidar que Colombia es una potencia en
producir escaladores y las competencias internacionales como el Tour de Francia
y el Giro de Italia despiertan la emoción de muchos, quienes hasta nos llegamos
a creer “Nairos” o “Rigos”.
Todo lo anterior para referirnos además del otro
momento que está por llegar y que se empieza a asomar a la vuelta de la
esquina. Se trata de la utilización de la bicicleta como vehículo de transporte
utilitario, el cual ya empieza a ser una alternativa para muchos estudiantes o
trabajadores que han cambiado el transporte público masivo por esta alternativa
definitivamente más económica y saludable.
No es extraño ver cada vez más jóvenes estudiantes,
sobre todo universitarios desplazándose en bicicleta. Y qué decir de muchas
personas que trabajan en las empresas de vigilancia privada y los obreros de
construcción, es más en las ciudades más densamente pobladas de Colombia como
Bogotá, Cali o Medellín, se hace cada vez más visible ese ciclista urbano que
además usa bicicleta distinta a la del ciclista recreativo, la cual considera
elementos de ergonomía distintos, en muchos casos son plegables o incorporan un
motor eléctrico que los asiste en los pedalazos al momento de afrontar los
tramos empinados.
Por si no lo han notado, la bicicleta urbana ha
llegado y es una excelente opción para equilibrar la movilidad en nuestras
atosigadas ciudades llenas de carros y motocicletas, son una importante
alternativa para el buen gobierno, de la que están en mora de echar mano los
alcaldes y responsables de la movilidad, pero eso si asumido con seriedad.
Como decía un experto en estos temas: “El problema
es que todavía estamos pensando en resolver los problemas de movilidad, cuando
en realidad el asunto por solucionar es la inmovilidad”.
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