El Quindío a la medida de la bici
Con 1845 kilómetros de superficie y una temperatura promedio de 20°, el territorio del Quindío es toda una invitación a movilizarse en bici.
Como si no bastara con eso, las cortas distancias entre sus doce municipios y entre estos y Armenia, su capital, permiten pensar en la bicicleta como una realidad en aumento y como parte de una política de movilidad en el mediano plazo.
Su economía, basada en el cultivo del café y en un creciente dinamismo del sector turístico, le ha permitido desarrollar un óptimo sistema de vías primarias que día tras día ven incrementarse el número de personas que circulan por ellas a lomo de bici.
Durante la cosecha de café es imagen corriente ver a familias enteras desplazarse hacia las fincas productoras a bordo de sus bicicletas coloridas. Predominan el color rojo, el verde, el amarillo y el naranja, como si los pedalistas quisieran apropiarse de los tonos del paisaje.
También es frecuente ver a estudiantes y empleados pedalear desde localidades como Montenegro, Circasia y Calarcá hasta sus lugares de trabajo y estudio en Armenia.
En el Quindío la bici llegó para quedarse.
En un plano más amplio, el gobierno departamental y sus equivalentes locales buscan integrar el uso de la bicicleta al circuito turístico conformado por destinos tan destacados como: El parque Nacional del Café, en Montenegro; El Museo del Oro Quimbaya, en Armenia; El Museo de Fotografía, en Calarcá; El Museo del Canasto Cafetero, en Filandia y el Parque temático agropecuario, Panaca, en Quimbaya, entre otros.
Llegar a esos lugares a lomo de bicicleta no solo resulta saludable sino económico. Por supuesto, al lado de esas ventajas afloran también las dificultades. Para las autoridades, tres de las más visibles son la estrechez de algunas vías, el irrespeto por parte de algunos conductores de motos y carros, así como la inseguridad expresada en robos de bicicletas de alto costo.
Para hacerle frente a esas situaciones, se proyecta la construcción de ciclo carriles en las más importantes rutas, sumado al mantenimiento de las vías terciarias, frecuentadas cada vez más por los aficionados al ciclomontañismo. En otro frente, la policía adelanta acciones tanto informativas como de control, con el fin de reducir el número de hurtos de bicicletas en las rutas.
Los tonos verdes del paisaje quindiano ya son célebres más allá de las fronteras colombianas. Con ellos como escenario de fondo, el colorido de los ciclistas con sus uniformes de tonos vivos se ha convertido en un atractivo más de estas tierras hechas a la medida de la bici.
Falta muchas más campañas,más difusión y apoyo al uso de la bicicleta, como deporte y afición esta bien posicionada, pero como transporte falta mucho, como comparando con Manizales que si la conozco bien
ResponderEliminarBuenas noches. Gracias por comentar
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