La movilidad cuesta arriba
El modelo de las ciudades Cómo Vamos se ha consolidado en los últimos años como un valioso instrumento para medir, desde las percepciones de los ciudadanos, el progreso o la involución de las condiciones de vida en una comunidad.
En el caso de Manizales Cómo Vamos, las cifras nos ofrecen una realidad al menos inquietante: si bien en 2015 la calificación ciudadana ofrecía un balance satisfactorio en el indicador de movilidad, los expertos aseguran que el modelo de crecimiento actual de la ciudad hace insostenible la movilidad en el mediano plazo, al punto de que las dificultades en el tránsito son objeto de constante señalamiento por parte de peatones y conductores.
Según datos oficiales, el sistema de transporte público dejó de movilizar pasajeros en un 5%. Por su lado, el parque automotor de la ciudad creció un 9% a lo largo del año y un 68% proyectado hacia atrás con relación de 2010. Con esa dinámica, las motocicletas matriculadas en la ciudad se duplicaron en cinco años y los carros aumentaron en un 51%.
Si se miran las cosas en perspectiva, Manizales es la ciudad de la red Cómo vamos con la mayor proporción de personas que se movilizan a pie o en bicicleta. Con todo, en 2015 disminuyó la proporción de peatones del 18% al 13%.Todo ello, a pesar del aumento exponencial en el uso de la bicicleta como medio de transporte. En este último caso, los estudios nos dicen que para marzo de 2016 la ciudad ya contaba con más de dos mil viajes mensuales.
Con esas cifras, a los responsables de administrar la ciudad les asiste el compromiso de planear desde ahora un sistema vial acorde a la expansión urbanística y al impacto que eso representa en la calidad de vida de quienes la habitan y visitan.
Las cifras están ahí. Lo importante es que sean aprovechadas como punto de partida para el diseño y ejecución de acciones que permitan responder a los desafíos.
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